De flores

ISO 100, f/4, 1/60, FL: 250mm.

¡Ah las flores!. Bellas, delicadas, sutiles... pero incluso en el caso de no ser alérgico, ni de hacer probaturas con ellas, pueden resultar un quebradero de cabeza para el fotógrafo.

Por ejemplo, si hace viento: su ligereza hará inevitable que aparezcan movidas. Las horas del amanecer, en las que el aire está más calmado resultan mucho más propicias. Y si además la mañana es fresca y aparece el rocío el aspecto de la flor ganará en belleza.

ISO 100, f/5,6, 1/160, FL: 40mm.

 Otra: encontrar la perspectiva adecuada para una buena composición. Salvo que se quiera destacar algún detalle concreto, el disparar de arriba abajo no suele resultar (al igual que sucede con los niños y las mascotas). Es preciso buscar distintos ángulos e incluso dar cuerpo a tierra hasta obtener el encuadre que más nos guste.

ISO 800, f/13, 1/500, FL: 47mm.

 La atención de la foto debe ser toda para la flor, por lo tanto habrá que sacar del encuadre cualquier elemento de distracción que le robe protagonismo. Para ello hay que jugar con la profundidad de campo (zona enfocada de la escena), eligiendo amplias aperturas de diafragma que "despeguen" el fondo. Profundidad de campo pequeña y uso del modo macro (o de un objetivo dedicado si nuestra economía lo permite).

ISO 100, f/3,2, 1/250, FL: 50mm.

 Y por último, no ser clasista (además hace feo). Las flores de una humilde ribera, las de un camino o las de casa pueden competir en belleza, y hasta aventajar a las flores de exposición o del más selecto jardín.

ISO 100, f/5,6, 1/200, FL: 55mm.

ISO 100, f/5,6, 1/160, FL: 40mm.

ISO 100, f/5,6, 1/200, FL: 55mm.

ISO 100, f/5,6, 1/500, FL: 250mm.